sábado, 1 de junio de 2013

DAENS


         La película cuenta la historia del sacerdote Daens, que vive en el siglo XVIII. Es destinado a Bélgica, y allí descubrirá cómo los obreros de una pequeña ciudad son explotados por un sistema capitalista, controlados por un puñado de ricos que tan solo ansían más y más riquezas, aun sabiendo lo que esto trae consigo: el hambre, la pobreza y la miseria de estos obreros, que cobran un salario indigno por sus largas jornadas de trabajo y que en ocasiones son despedidos tan solo por su edad o por sus ideologías políticas. Daens jugará aquí un papel importantísimo, adentrándose en el camino de conseguir la igualdad entre todos los ciudadanos, en todos los sentidos.



            Nos ha impresionado mucho la sobre explotación inhumana que sufren los obreros a diario por la sociedad capitalista en la que les ha tocado vivir. Estos trabajadores, siendo conscientes de que son manipulados, controlados como si tan solo fueran marionetas que el titiritero puede desechar cuando ya no le resultan útiles, siguen acudiendo día a día a su lugar de trabajo, con jornadas de más de 10 horas, en el que no existen medidas de seguridad ni precauciones, y el mínimo descuido puede provocar la muerte. Esas explotaciones como las que podemos ver en la película existen y han existido siempre a lo largo de la Historia. Cuando unas pocas personas controlan el poder, son muchos los afectados por su ilimitada autoridad. Las ciudades o pueblos que están sometidos a la voluntad de estos tiranos deben hacerse oír; no pueden permanecer más tiempo callados frente a las injusticias. Aunque a veces resulta muy difícil gritar, sobre todo cuando tienes a tu cargo una familia entera que alimentar.
          Algo a destacar era la importancia de la prensa era uno de los pocos medios de comunicación existentes en aquella época, y los diferentes diarios informaban de los cambios que se iban produciendo en el país, según su diferente punto de vista e ideologías políticas. En una sociedad como la que nos muestra la película, son pocas las personas que saben leer y que tienen un mínimo de cultura. Tan solo los ricos, como el clero y otros sectores acomodados de la población, gozaban de saber. Los repartidores de prensa podían leerles las noticias del periódico que ofrecían.
            Los obreros, ya fueran hombres o mujeres, niños o ancianos, trabajaban en las fábricas industriales que dirigían y gobernaban los ricos. Cobraban un mísero salario por las largas e intensas horas que pasaban allí. Aparte de eso, los trabajadores vivían en pequeñas chabolas, en barrios obreros en los que se respiraba un ambiente de suciedad. Los cadáveres de las personas que iban muriendo por las pésimas condiciones de salubridad o por el duro trabajo, eran arrojados al río o simplemente tirados en la calle hasta que se descomponían. Como si fuese poco, los obreros tenían que trabajar durante jornadas de más de 10 horas sin descanso alguno. Tengamos en cuenta que hoy en día lo máximo son 8 horas diarias. No existía ningún tipo de precaución en las fábricas en las que trabajaban, estando al riesgo de la muerte en cualquier simple tarea. Sobra decir que no disponían de ningún tipo de seguro.
   


Los niños menores de 12 años ya empezaban a trabajar en las fábricas, y eran tratados igual que los demás trabajadores, pero incluso se les pagaba menos, como a las mujeres y ancianos. Y muchas de las jóvenes tenían que soportar el acoso de los degenerados capataces.



       Por un lado, los ricos patronos apenas daban explicaciones coherentes a sus explotaciones. Para ellos debía de existir un grupo de pobres que rindiera en sus fábricas y les sacara partido. Los patronos intentaban hacerlos callar, subiéndoles mínimamente el salario u ofreciéndoles alimentos para evitar la propagación de las amenazantes voces socialistas.



       Por otro lado, los sacerdotes muestran una actitud muy conservadora y no apoyan las reivindicaciones de los trabajadores, pero eso no quita que Daens, aun siendo solo una persona, represente mínimamente a la Iglesia, que también lleva a cabo una gran labor social en nuestros días. Pero el grupo social, como conjunto, más activo y mejor observable, es sin duda el formado por los trabajadores de las fábricas textiles, el proletariado de tendencia comunista.
Dentro de la iglesia, se aprecia cómo alguno con buena posición social se vuelve consciente de la situación y se une al partido obrero. La prensa también ejerce como instrumento de presión y difusor de ideas cuando Daens publica una serie de artículos con sus pretensiones.

       El Parlamento belga se levanta en contra de Daens, y hace que lo manipulen y lo tengan controlado, poniendo fin a su tarea de protesta. Pero gracias a las palabras de una mujer obrera, rectifica y retoma su labor. Otro hecho destacable del Parlamento fue cuando al convocar elecciones, juegan a su favor con los fallos ortográficos del proletariado a la hora de elegir a su candidato Daens, y los toman como votos inválidos, aunque finalmente Daens resulta vencedor.

Por otra parte, la Iglesia Católica, en mayoría, se opone a cualquier reforma que beneficie a los obreros y pueda peligrar su posición, poder y prestigio, y se muestra prepotente, agresiva y tramposa. Pero Daens, aunque tenga que ser por su propia cuenta, lucha y consigue lo que se propone, a pesar de las continuas amenazas que recibe de “sus compañeros”.
       La Iglesia desde un principio intenta “ganarse a su gente” con la excusa de la sopa gratis en un tiempo de decadencia. A continuación, cita a Daens para advertirle del mal que está haciendo con el objetivo de que reflexione, pero ante su negativa, es excomulgado. La Iglesia se guía también por la vía antiparlamentaria: manipula los votos para el beneficio de sus intereses.

        Hay un malestar entre los católicos y los socialistas porque la Iglesia abusa de su poder para sí y no mira por el bien del resto, que es la gran mayoría de la población. Simplemente están utilizando los principios y cargos religiosos no por predicar la fe, sino con el fin de llevar una vida cómoda y repleta de lujos. Al mismo tiempo, el proletariado, que trabaja bajo un horario excesivo y con unas condiciones laborales y salariales pésimas, se revelan y se proponen cambiar esa situación tan injusta y desfavorable.
       Con esta reflexión de la última frase de Daens que dice ‘’El enemigo es aquel que explota y el amigo el que sufre con nosotros y cerca de nosotros’’ , Daens quiere hacer ver a los obreros que la clave de todo está en permanecer unidos, mostrando complicidad y fortaleza; porque si hay algo que tienen en común es que persiguen y luchan contra lo mismo: demandan una vida digna en todos los sentidos, y para eso es necesario e imprescindible enfrentarse a su enemigo universal, la Iglesia Católica